
Me contaron que existen planetas donde sólo caben árboles,
como los Baobabs.
Pero lo que no me dijeron es
que en cada árbol se escondía una
mujer.
Mujeres que ciclan con la luna,
que danzan con la vida
transmutando con las estaciones.
Mujeres luminosas y decididas, que
florecen con todos los colores,
poblándose de mariposas y picaflores.
Mujeres generosas con pechos llenos,
que firmes en la tierra…
nutren con su leche a sus crias.
Mujeres que generan vida,
que dan frutos
a través de su creatividad.
Mujeres chamanas,
que meditan uniendo
el cielo y la tierra en su corazón.
Mujeres otoñales
que dejan ir lo que ya no
les pertenece,
cambiando, liberando, aceptando.
Y hay mujeres sabias,
a veces oscuras,
que comprenden la negrura de la luna,
que danzan con la
muerte
sabiendo que es parte de la vida.
Y esto no me lo contaron
pero en mi útero lo sé
y es que los árboles y las mujeres
poseen un gran secreto,
ellos
“Son su propia esencia”
atravezando con entereza y desapego,
los ciclos de muerte y resurrección.
Ilustración y Texto de Juliaro
